Introducción a la Obra de J. Piaget (Nélida A. Magdalena)

Reseña Biográfica
Piaget nació en Neüchatel, Suiza en el año 1.896, y siendo educado en un clima intelectual, sintió desde muy joven, una fuerte inclinación por las Ciencias Naturales. Su padre fue un gran historiador y su madre una ferviente creyente, lo que suscitó en él la necesidad de conciliar la razón y la fe. Y muy pronto logra conjugar ambas, gracias a la lectura de una obra de Bergson titulada “Evolución Creadora”, que a su vez lo lleva a interesarse por la filosofía.
Ingresa en la Universidad de su ciudad natal, donde obtiene el doctorado en Ciencias Naturales. Su objetivo era especializarse luego en filosofía biológica desarrollando una teoría general del conocimiento a partir de la biología. Advierte entonces que, para estudiar las relaciones entre el conocimiento y la vida orgánica, necesita formarse en psicología experimental. Y con tal propósito parte hacia Zurich donde estudia en los laboratorios de psicología de Lipps y Wreschner.

Posteriormente viaja a Paris para hacer un estudio paralelo de psicología y filosofía, y allí asiste al laboratorio de Binet donde trabaja en la estandarización de test de inteligencia, clasificando respuestas correctas e incorrectas. Pronto descubrirá que las aparentes respuestas erróneas contenían en sí una lógica propia, y que la “equivocaciones” eran las mismas en determinadas épocas de la vida infantil. Asimismo observa que los razonamientos de inclusión de clases o de composición de relaciones, que parecen simples, ofrecen grandes dificultades a niños menores de 10 u 11 años. En diálogo con los pequeños testeados, investiga exhaustivamente los procesos de razonamiento que llevan a cada respuesta. Y finalmente sus descubrimientos lo colocarán en la vía que tanto había buscado: integrar el pensamiento reflexivo con la constatación científica, que darán las bases a la creación de la Epistemología Genética.

Plasma sus primeros resultados experimentales en un trabajo sobre lógica de clases y relaciones, que le vale el reconocimiento de Claparede, su editor. Éste le propone ingresar como colaborador al Instituto Jean-Jaques Rousseau en Ginebra, que él dirigía por entonces. Trabaja allí intensamente durante ocho años, en los cuales fue nombrado director adjunto y tres años después, es designado co-director.

Llevaba unos años en el ejercicio de la docencia en la Universidad de Neüchatel como titular de la cátedra de Filosofía, Psicología y Sociología, cuando la Universidad de Ginebra le otorga el cargo de profesor de Historia del Pensamiento Científico. Publica un estudio sobre los orígenes de la inteligencia en el niño, siendo su principal fuente de observación sus propios hijos.

A los 39 años recibe el título de doctor honoris causa, otorgado por la Universidad de Harvard y unos años más tarde, en l.940 fue designado director del Laboratorio de Psicología Experimental, en la Universidad de Ginebra, como sucesor de Claparede. Publica en 1.950, un trabajo de epistemología genética y un tratado de lógica, además de innumerables estudios de psicología experimental.

La Fundación Rockefeller le ofrece un subsidio de considerable valor, con el cual funda en 1.955 el Centro Internacional de Epistemología Genética de Ginebra, que marca el punto inaugural de esta nueva disciplina científica.

Continúa incesantemente con la publicación de innumerables textos, algunos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas. Muere en 1.980, habiendo recibiendo incontables distinciones internacionales, quien con la simplicidad de los grandes genios declarara que su máxima aspiración en la vida era seguir siendo un niño siempre, porque ellos son creadores por excelencia.
La Epistemología Genética en la Obra de Piaget

Las elaboraciones de Piaget se desarrollan en un amplio campo interdisciplinario por lo que no podrían restringirse a una ciencia ni tampoco a una filosofía en sentido riguroso. Se trata de una pluralidad de teorías científicas, filosóficas, y una teoría con propiedades a la vez científicas y filosóficas, denominada Epistemología Genética.

Se trata de un cuerpo de conocimientos con caracteres particulares, que paulatinamente se va independizando del marco filosófico para penetrar más en el terreno científico. Y lo hace, al poder reemplazar la pregunta ¿Qué es el conocimiento? por ¿Cómo crecen los conocimientos?.

Desde la propuesta del positivismo, se conciben las ciencias fundamentales como una sucesión lineal caracterizada por una complejidad ascendente y una generalidad descendente, siendo la matemática la base donde toman asiento todas estas ciencias.

Piaget argumenta que esto puede ser sólo admisible desde un punto de vista metafísico o estrictamente axiomático. Por lo tanto se hace necesario recurrir a las leyes que rigen el espíritu humano, que son inherentes al campo de la Psicología cuyas investigaciones nos conducen, finalmente a las operaciones lógicas y matemáticas.

La serie planteada por A. Comte como lineal se torna, desde esta perspectiva, como circular y constituye el Círculo de las ciencias. “Las explicaciones de la psicología se refieren, tarde o temprano, a las de la biología, éstas se apoyan a su vez en las de la físico-química; las explicaciones físicas se apoyan en la matemática, y la matemática y la lógica sólo pueden fundarse en las leyes del espíritu que son el objeto de la psicología” (Piaget, J, 1.979, p. 55/6).

La Psicología para explicar la génesis de los conocimientos cuenta predominantemente con un doble sistema de referencia:
- La realidad exterior, según la concepción de la biología y la física.
- Las reglas de la lógica y la matemática.
Simultáneamente, ambos sistemas se apoyan en las realidades intelectuales que los producen y que la psicología estudia en su génesis.

A partir de estas precisiones, nos introducimos en un nuevo círculo, delineado por el objeto cognoscible y el sujeto cognoscente, que el autor denominó círculo epistémico fundamental, que no es sino la afirmación del círculo de las ciencias.



Círculo Epistémico Fundamental

“... No hay frontera definida entre el sujeto y el objeto: el sujeto se prolonga en sus útiles, instrumentos o aparejos insertos en el objeto…” (Jerusalinsky, A. , 1.992, pág. 38).

Afirma Piaget que al estudiar la génesis de un conocimiento constatamos siempre la actividad del sujeto que aporta algo al objeto, y ese aporte son las coordinaciones y el establecimiento de relaciones. De ahí que el conocimiento no es una copia del objeto que se imprime en el sujeto. El sujeto y el objeto son construcciones a las que se antepone la acción, que está en el origen de todo conocimiento.

El sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento conforman un círculo en la medida en que el sujeto no puede conocer al objeto sino a través de su propio pensamiento como sujeto. En este marco, Piaget sigue a Hoeffding cuando cita: “... insistió con claridad sobre este círculo inicial, según el cual el sujeto sólo conoce por intermedio del objeto y sólo conoce al objeto respecto de su actividad como sujeto...”. (Piaget, J., 1.979, p, 54).

De esta manera en el proceso de conocer se instaura una dialéctica del sujeto y el objeto. El sujeto al que Piaget se refiere es el Sujeto Epistémico.


El Sujeto Epistémico

“La epistemología genética no conoce un sujeto en sí, sino únicamente las etapas de formación del sujeto; ni un objeto en sí, sino los objetos sucesivos que son reconocidos por el sujeto en el curso de esas etapas. Pero el sujeto, cuyas etapas de formación estudia, no es el sujeto psicológico ni el sujeto colectivo sino un sujeto universal o epistémico: El sujeto epistémico es lo que tienen de común todos los sujetos, puesto que las coordinaciones generales de la acción, comportan un universal que es el de la misma organización biológica.” (Battro, A,. 1.971,p..352-53)

El sujeto epistémico, es aquél que designa lo común a todos los sujetos de un mismo nivel evolutivo, más allá de las diferencias individuales. Por ej.: Si tomamos las actividades de clasificar, ordenar y enumerar, éstas son comunes a todos los adultos normales, pues la serie de los números enteros es la misma para todos.

El sujeto individual o psicológico en cambio, define lo que es propio de cada individuo. Siguiendo el ejemplo anterior, cada una de las series de números enteros se podría imaginar con una particular representación – serie de líneas, conjuntos de discos, etc.-

A la epistemología genética le interesa la descentración del sujeto individual respecto del sujeto epistémico, en definitiva, de un sujeto cualquiera portador de los mismos dispositivos que poseen todos los sujetos individuales del mismo nivel de desarrollo.

El desarrollo de los procesos cognoscitivos del sujeto se estudia en un marco epistemológico definido como Estructuralismo Genético.


Estructuras cognoscitivas y Génesis

El niño debe elaborar paso a paso las estructuras del conocimiento de acuerdo a determinados procesos. El Estructuralismo Genético investiga las leyes básicas del conocimiento, reconstruyendo los recorridos de las estructuras cognoscitivas.

Señala Piaget: “... Empecemos a definir los términos que vamos a utilizar. Definiré la estructura de la manera más amplia como un sistema que presenta leyes o propiedades de totalidad, en tanto sistema. Estas leyes de totalidad son por consiguiente diferentes de las leyes o propiedades de los elementos mismos del sistema”. (Piaget, J, 1981, p. 205).

De esta definición genérica se desprende, que la totalidad se impone a las partes; y más específicamente Piaget afirma: “...Una estructura es un sistema de transformaciones que entraña unas leyes en tanto que sistema (por oposición a las propiedades de los elementos) y que se conserva o se enriquece por el mismo juego de sus transformaciones, sin que éstas lleguen a un resultado fuera de sus fronteras o reclamen unos elementos exteriores. En una palabra, una estructura comprende así los tres caracteres de totalidad, transformaciones y autorregulación”. (Piaget, J.,1.980, p.9).

Vamos a precisar estos tres caracteres sobre los cuales se asienta la definición:

Totalidad: El todo está regulado por leyes propias y caracterizado por propiedades de conjunto, diferentes de los elementos que lo constituyen, considerados individualmente. Por ej.: Los números enteros no existen en forma aislada, y si bien cada número tiene propiedades tales como ser par, impar, etc., están subordinados al conjunto en tanto hay un orden de sucesión que no es cualquiera.
Transformaciones: Las estructuras no son formas estáticas sino que sufren variaciones a través de una actividad estructurante. Así, si al número 1 sumamos el número 2, esta actividad de adición permite llegar al número 3.
Autorregulación: Las transformaciones sólo generan elementos que pertenecen a la estructura y mantienen sus leyes. Por ej.: Si se suman dos números enteros, se obtiene como resultado otro número entero. Por lo que una estructura entra en calidad de subestructura en una más grande, conservando las leyes que la rigen, regulándose las estructuras por sí mismas.

Estos tres caracteres nos remiten a la noción de Génesis : “no diré simplemente que es el paso de una estructura a otra, sino más bien que la génesis es cierta forma de transformación que parte de un estado A y desemboca en un estado B, siendo B más estable que A” ( Piaget, J, 1981,p. 206)

Especifica además que no se trata de simples transformaciones sino de un sistema de transformaciones que van constituyendo una historia en su paso desde un estado anterior a uno ulterior.

De ahí que se hace necesario vincular las nociones de estructura y génesis, pues según la postulación piagetiana, toda estructura tiene una génesis y toda génesis surge de una estructura y confluye en una estructura, configurada cada vez desde un nuevo punto de equilibrio.


La Acción del Sujeto como Clave del Proceso

A lo largo de la evolución, las estructuras cognoscitivas se van modificando, en virtud de desequilibrios momentáneos por la emergencia de perturbaciones, que reclaman un reajuste de la conducta.

Afirma este autor: “... todo sistema puede sufrir perturbaciones que tienden a modificarlo. Diremos que existe equilibrio cuando estas perturbaciones exteriores están compensadas por acciones del sujeto, orientadas en el sentido de la compensación”. (Piaget, J, 1981, pág.216.)

Es decir, que el equilibrio se pierde a causa de perturbaciones. Estas perturbaciones provienen de necesidades y para su satisfacción se interpone la acción del sujeto. La actividad del sujeto permite recuperar el equilibrio en el sentido de volver a adaptar el organismo a su entorno.


“...Una “conducta” constituye, pues, un caso particular de intercambio entre el mundo exterior y el sujeto; pero, contrariamente a los intercambios fisiológicos, que son de orden material y suponen una transformación interna de los cuerpos que se enfrentan, las “conductas” que estudia la psicología son de orden funcional y operan a distancia cada vez mayor en el espacio (percepción, etc.) y en el tiempo (memoria, etc.) y siguen trayectorias cada vez más complejas (rodeos, retornos, etc.)”. (Piaget, J,. 1.984, pág. 14.)

Distingue los intercambios fisiológicos de otros, que son de orden funcional, en los que opera la Inteligencia, que permite acceder al conocimiento pudiendo admitir, luego de sucesivas etapas, distancias espacio-temporales paulatinamente mayores entre el sujeto y los objetos. Estos intercambios a distancia son intercambios inteligentes como nivel más elevado del conjunto de los procesos adaptativos

La adaptación consiste en el equilibrio de los intercambios entre el sujeto y su entorno, siendo la inteligencia la forma de adaptación mental por excelencia, constituyendo el punto de equilibrio hacia el cual se dirigen todas las adaptaciones consecutivas Las primeras adaptaciones son rígidas y de sentido único, y posteriormente se van conformando nuevas estructuras en función de equilibraciones sucesivas, cada vez más móviles, dando lugar a operaciones reversibles, propias del último estadio.

Al respecto “Según Piaget la inteligencia no es una facultad o una capacidad como se piensa vulgarmente. La inteligencia es adaptación y adaptación es el equilibrio estable entre asimilación y acomodación.” (Gentile, A, 2006, p. 70)

La acción que ejerce el sujeto sobre los objetos de su entorno, en tanto los modifica en función de su propia estructura, se denomina asimilación. El sujeto cognoscente incorpora al objeto de conocimiento a sus propios esquemas previos, pero lo que incorpora no es una réplica del objeto, como ya indicamos, sino que le imprime algo propio, el punto de vista propio. Ej.: para un niño muy pequeño un reloj cu-cú puede parecerle una cajita que suena, y sólo mucho después pasará a ser un instrumento de medición del tiempo. En la medida que incorpora nuevos esquemas asimilativos, la percepción del ambiente será más completa.

En tanto la asimilación consiste en la modificación del objeto, la acomodación es un proceso inverso, porque se trata de la modificación del sujeto, de sus estructuras cognoscitivas en torno del objeto de conocimiento. Así en cada situación nueva, se transforman los esquemas asimilativos con relación a esa experiencia. Ej.:Un niño quiere hacer rebotar una bolita de plastilina, y como obviamente no lo logra, la hace rodar. Es decir, que los caracteres del objeto modificaron la conducta del sujeto.

“El equilibrio siempre dinámico al que se llega por el funcionamiento dialéctico de asimilación y acomodación es la estructura de la inteligencia entendida como adaptación. Piaget estudió la evolución genética, individual y social, de la estructrura de la inteligencia humana y concibió a la inteligencia como un sistema de operaciones “vivientes y actuantes”, como el instrumento más desarrollado que hace posibles los intercambios entre el sujeto y el universo” (Gentile, A., op.cit)

Asimilación y acomodación son mecanismos invariables cuyo funcionamiento constante da lugar a la variabilidad de las estructuras cognoscitivas que marcan el trayecto evolutivo.

En este itinerario que trazan las estructuras cognoscitivas desde el nacimiento hasta la adolescencia, ubicamos un punto de partida y un punto de llegada: tiene sus raíces en la biología y desemboca en las operaciones de la lógica.

Con la evolución de la inteligencia se alcanza el equilibrio final, ya es posible asimilar el conjunto de la realidad y acomodar a ella la acción del sujeto.

“... la inteligencia constituye el estado de equilibrio hacia el cual tienden todas las adaptaciones sucesivas de orden sensomotor y cognoscitivo, así como todos los intercambios asimiladores y acomodadores entre el organismo y el medio” (Piaget, J, 1984, p..23)

Esta tendencia hacia el equilibrio, este movimiento que progresa hacia el equilibrio, se denomina desarrollo. “El desarrollo es, por lo tanto, en cierto modo una progresiva equilibración, un continuo pasar de un estado de menor equilibrio a un estado de equilibrio superior”. (Piaget, J, 1981., p. 11)


Los Estadios del Desarrollo

El desarrollo intelectual se produce como una adaptación siempre más rigurosa a la realidad, sigue un orden progresivo y reconoce distintos estadios. Estos estadios se agrupan en tres períodos fundamentales:

- Sensorio-motriz
- De representación o Preoperatorio
- Operatorio

Sensorio-motriz

Abarca aproximadamente los dos primeros años de vida. Es anterior al lenguaje y se trata de una inteligencia práctica que se aplica a la manipulación de objetos.

Durante el primer mes de vida, el niño ejercita sus reflejos – succión, deglución, prensión, etc.- Estos mecanismos hereditarios se van ampliando y perfeccionando con la repetición constante, de tal modo que el pequeño comienza a tomar control paulatino de su cuerpo, pasando de las conductas automáticas a las voluntarias. Por ej.: pasa de la succión espontánea a llevar voluntariamente la mano a la boca y succionar.

El eje de este período es la acción, a través de la cual organiza las percepciones, movimientos y desplazamientos, que inicialmente estaban centrados en el cuerpo propio – egocentrismo-. Al finalizar este período, se produce un total descentramiento del cuerpo que permite al niño situarse como un objeto entre los demás objetos, en un entorno que ya discrimina como exterior a sí mismo. El descubrimiento de los objetos como independientes de sí, le posibilita la adquisición de la noción de espacio, desde luego, como algo experimentable y no como concepto.

Gradualmente, se produce una asimilación sensorio-motriz del entorno, y al ir incorporando conductas, los esquemas asimilativos se van enriqueciendo y complejizando, pero siempre en relación a la realidad inmediata y presente.


De representación o Preoperatorio

En este período, que abarca desde los 2 hasta los 8 años aproximadamente, la representación le permite reemplazar la percepción de los objetos por una simbolización de ellos. La función simbólica aparece a través del lenguaje, del juego reglado, de la imitación lúdica, etc.

Como es obvio, todo esto no se da de una sola vez, sino que al comienzo surgen los primeros rudimentos de representación, y con éstos, la posibilidad de sustituir un objeto por una imagen, un signo o una señal, aplicados inicialmente al espacio próximo y al tiempo presente.

El niño comienza a manifestar cierta aptitud para las representaciones motrices, pero aún no logra evocar con el pensamiento los desplazamientos que sabe hacer con su cuerpo. Por ej.: aunque sepa ir sin compañía a un lugar determinado, al comienzo no podrá describir con palabras ni con un dibujo el trayecto recorrido.
Por otra parte, las primeras representaciones constituyen configuraciones estáticas o estados. Por ej.: Si se le cambia el orden de presentación de cierto número de eslabones de madera, el niño cree que hubo variación en la cantidad, pues aún no ha adquirido la noción de conservación de la cantidad.

En la experiencia de presentar al niño dos vasos iguales conteniendo la misma cantidad de agua, si se vuelca el contenido de uno de ellos a otro vaso más delgado y más alto, él dirá que ahora hay más agua porque es más alto, o menos agua porque es más delgado. Observamos que si coloca su atención en el nivel del agua no considera la amplitud del vaso, y viceversa. Es decir, razona sobre configuraciones estáticas y no sobre transformaciones, que lo llevarían a apreciar las dos dimensiones a la vez. Estas son regulaciones intuitivas, que constituyen en el plano representativo lo que las regulaciones perceptivas son en el plano sensorio-motriz.

Respecto de la captura de la relación tiempo y espacio, el niño juzga en este período, desde la perspectiva de las duraciones, por ejemplo que un automóvil recorrerá una distancia mayor, cuanto más rápido se desplace; una mayor velocidad para él, significa mayor tiempo invertido en el trayecto.

En el período sensorio-motriz se produce una asimilación de los objetos a los esquemas de acción, en este período hay asimilación de los objetos a los esquemas de pensamiento, y se genera progresivamente una corrección por regulaciones intuitivas que descentran el pensamiento y preparan el camino hacia la operación.

Operatorio

Las operaciones son acciones interiorizadas que se coordinan unas con otras y constituyen un conjunto, es decir, son pensamientos cuya esencia está en la acción. Cada uno de los actos del individuo produce variaciones en su entorno. Si se deja caer un objeto y éste se rompe, aunque se puedan realizar acciones en sentido inverso, como tomar el objeto y pegarlo, nunca se podrá volver a hallar el punto de partida, es decir, el momento previo a la caída, porque el tiempo es irreversible. Pero el pensamiento es capaz de tal reversibilidad, siendo ésta la característica más específica de la operación, que es propia de esta etapa.

Este gran período que abarca desde los 8 años hasta ya iniciada la adolescencia, reconoce dos estadios:

1-Operaciones Concretas:

Este tramo se extiende aproximadamente desde los 8 años hasta los 11 ó 12, en el que el niño es capaz de realizar operaciones lógicas elementales pero siempre en presencia de los objetos.

Anteriormente el niño razonaba sobre configuraciones o estados pero no sobre modificaciones, como lo vimos en el citado ejemplo del vaso de agua. Pero ya en esta etapa adquiere la noción de conservación de la cantidad al aceptar la posibilidad de compensaciones, es decir que ya puede relacionar mentalmente lo que se gana en una magnitud (nivel del líquido en el vaso) con lo que se pierde en la otra (el vaso es más delgado).

Definimos entonces a las operaciones como acciones interiorizadas y reversibles, dando cuenta de la reversibilidad como la posibilidad de integrar una acción y su contraria, permitiendo volver al punto de partida. Por ej.: puedo sumar un número entero a otro número entero y luego restarlo del primero, para retornar al punto de inicio: 1 + 1 = 2; 2 –1 = 1 .Regreso al punto de inicio y ahora las unidades no están reunidas, sino aisladas nuevamente.

La reversibilidad también permite transitar mentalmente de la clase total a las subclases incluidas, y de éstas, a la clase de partida. Por ej.: de la clase animales a la subclase peces y a la inversa. A esto Piaget lo denomina Clasificación.

Siempre en referencia a la reversibilidad, debemos considerar además la Seriación y lo haremos con un ejemplo. Si se ordenan palillos de menor a mayor tamaño, los ya ordenados serán menores que los que queden, y éstos más grandes que los que ya tomamos, admitiendo en este caso también la posibilidad de su inversa.

La clasificación y seriación son estructuras de conjunto, de cuya construcción simultánea deriva el sistema numérico. Con la seriación establezco que el primer 1 va antes que el segundo, y el segundo 1 es anterior al tercero, etc. Y con la clasificación verifico que 1 está comprendido en 2, 2 en 3, etc.

Paralelamente a estas operaciones lógico-matemáticas que reúne a los objetos para seriarlos, clasificarlos o numerarlos, se constituyen las agrupaciones cualitativas de tiempo y espacio, dando lugar a relaciones de orden temporal (antes y después) en coordinación con las duraciones (menos o más tiempo) que hasta ahora estaban disociadas.

2- Operaciones Formales:

Estadio que comprende aproximadamente desde los 12 hasta los 15 años. El sujeto es capaz de reflexionar a partir de premisas, es decir que ya no necesita de la presencia de los objetos. En el estadio de las operaciones concretas, la lógica se aplica sobre los objetos manipulables; en el de las operaciones formales, se aplica sobre el pensamiento, independiente de la acción sobre esos objetos. Ahora discurre sobre hipótesis y proposiciones ya sin requerir de un sostén perceptivo, pues de trata de un razonamiento hipotético-deductivo, que utiliza signos matemáticos o enunciados verbales. Ej.: en el caso que A es más pesado que B, y A es más liviano que C, ¿Cuál es el más liviano de los tres?. Al no estar presentes los objetos, hace falta un razonamiento que no es inmediato para concluir que B es el más liviano de los tres.

Cualquier problema de seriación entre términos que resulta simple para un niño de 8 ó 9 años, formulado en proposiciones se dificulta, no pudiendo resolverlo sino hasta los 12 años aproximadamente, que es cuando se ubica en este estadio

El pensamiento formal, como constitución final de la evolución mental, permite las más vastas conquistas intelectuales del sujeto.



El Método de Estudio

Cada uno de los estadios de desarrollo indicados por edades, si bien sujetas a variaciones, constituyen para Piaget verdaderos referentes con relación a lo que “se espera” que el sujeto responda según el momento evolutivo.
Las aptitudes y manifestaciones del niño permiten ubicarlo en el estadio madurativo correspondiente. Y para captar estos datos se aplica el método piagetiano que consiste en ofrecer a niños de distintas edades, problemas o ejercicios con incógnitas para observar cómo llegan a su resolución. El modo en que lo hacen determina su nivel de desarrollo. Y en un segundo momento, en diálogo con cada uno se les pregunta acerca de la tarea que realizaron, para registrar sus caracteres individuales, analizando las razones que fundamentan sus respuestas y observando con detalle su conducta.

Este método que ha alcanzado gran difusión y que fue originariamente aplicado en el Centro Internacional de Epistemología Genética de Ginebra, ha brindado valiosos resultados en los variados campos del saber y especialmente en la pedagogía. Las elaboraciones de Piaget provocaron una verdadera revolución y ocuparon intensamente a los educadores en la aplicación y desarrollo de sus propuestas.





Nélida A. Magdalena

No hay comentarios: